Boicot
Trabajo en una empresa productiva y un par de personas quisieron quemar la planta, los propios compañeros los frenaron. La mayoría de los trabajadores que están de acuerdo con las protestas también condenan la violencia, Pero eso dejó a la mayoría de los jefes asustados y suspicaces con todos. Tendremos una reunión de líderes para ver cómo enfrentar esto, se nos viene un año de incertidumbre ¿alguna recomendación?
No es un Boicot, así titulaba Daniel Matamala su columna de este domingo en La Tercera sobre la violencia y los desmanes ocurridos con la PSU, como el matonaje e imposición de la visión de unos pocos contra muchos. Y comenta desde la historia, tres ejemplos de una causa que es compartida por muchos con un liderazgo que va provocando madurez.
¿Qué podemos hacer como jefes cuando situaciones como estas se presentan en los espacios de trabajo?
Ser firme en los límites, dar señales claras buscar aliados internos, cuidar la seguridad, entre otras son roles de un líder en una situación como la descrita al inicio. Pero eso mismo puede hacerse desde lugares distintos.
En ambientes de incertidumbre, es una tentación caer en la desconfianza, hay mucha suspicacia, temor de lo que puede pasar. Pero esa disposición provoca mayor distancia, que es todo lo contrario a lo que hace falta.
Liderar desde el entendimiento es la clave. Lo dialógico no significa darle la razón al otro, como tampoco anularlo. Parte del rol del jefe es poner con claridad los espacios de derechos y deberes, para eso necesita sentirse con el derecho a poner límites sobre lo que es posible o aceptable y lo que no. Desde ahí, es mucho más fácil estar disponible para escuchar, invitar al diálogo y dar espacios en los que poder abrir las conversaciones necesarias.
En estos tiempos más que nunca liderar desde el entendimiento, entrenar el músculo del diálogo para provocar madurez en los temas que nos ocupen y en cualquier contexto en el que estemos, es un imprescindible.