El otro día una persona en teletrabajo decidió irse a la parcela de su familia y pidió que la empresa le pagara un plan de celular por el internet que allá no tenía. Me pareció incorrecto que la empresa pagara eso e incluso que la persona me planteara el tema. Si esta situación se va a alargar, creo que no es solo ocuparnos de los deberes sino también que exigencias ponemos.
La situación actual nos enfrenta a situaciones en la gestión del trabajo. Desde la productividad del teletrabajo hasta la conexión entre estos equipos y los que están en operación.
A varias semanas de haber entrado en esta nueva realidad que parece extenderse, las estrategias de contención y reorganización de la primera etapa se quedan cortas. La complejidad requiere de la participación efectiva de todos, involucrar a las personas también en los dilemas que están sobre la mesa y hacer visibles sus implicancias.
Tal como vemos sobre el contexto social, sería poco responsable gestionar sin poner en la mesa la complejidad de la situación.
Un enfoque muy paternalista en la gestión, solo hacia el bienestar y protección, fomenta posturas de esperar que el jefe, la empresa o la autoridad “me” resuelvan. Y también minimiza la capacidad de activar la propia resiliencia. Es por eso que lograr involucrar a las personas en sus deberes y no solo sus derechos requieren enfrentar los problemas con la verdad y disyuntiva que atraviesan en la realidad, que es siempre compleja y donde toda decisión o preferencia tiene algún costo. Y construir a través de esto los puentes que generen confianza para escuchar y aceptar los puntos de vista del otro lado, para que cada parte, líder y equipo, asuma lo que les corresponde en la elección que hacen. De manera de ir madurando una manera conjunta y responsable de enfrentarla entre todos y cada uno haciendo su parte. Liderar hoy requiere ambas cosas, la empatía por un lado y por el otro poner a las personas en la real perspectivas de los problemas y activar la resiliencia.
Carmen Scotto. (18 de Mayo de 2020). Diario La Segunda, Chile