Soy jefe, tenemos varios meses trabajando virtual, aun me cuesta que el equipo tome el ritmo, veo que no se cumplen los plazos, pierden el foco y que además me termino sobrecargando.
Si bien el contexto adelantó la tendencia, estamos aún en transición: el salto más grande en el trabajo virtual, más allá de los sistemas y metodologías, es en mentalidades y comportamientos. Hacer las cosas distinto a como veníamos acostumbrados a trabajar. Y sin vernos cara a cara.
Algunos principios para impulsarlo:
- Conectar con el propósito: partir por entender en conjunto lo que se aspira lograr.
- Dividir el trabajo: abordar el trabajo en etapas, por pequeños módulos o bloques.
- Lógica experimental: en base a prototipos (iteraciones) parciales, no buscar la respuesta completa a la primera.
- Coordinación trasversal: desarrollar en el equipo visibilidad del proceso y mirada transversal para las coordinaciones.
- Claridad en roles y en prioridades: hacer visible lo que hace cada rol, cómo aporta al todo y acordar las prioridades.
- Conversaciones constructivas: generar dinámicas de comunicación constructivas, que provoquen confianza y permitan tomar acuerdos realistas.
- Prácticas diferenciadas: diferenciar las reuniones, (planificación, coordinación, avances), que entonces se puedan hacer precisas y cortas. Todo el mundo sabe a lo que va a ese foro y también que habrá otro foro para otros temas.
En esta transición, el rol del líder es provocar más sinapsis: que las personas se conecten más entre sí y con el propósito que se busca lograr. Escuchar para entender en que están las personas y que requieren para más claridad y criterios comunes. Aprender a trabajar de manera remota y con mentalidad ágil requiere incentivar a las personas a trabajar con iteraciones frecuentes, poniendo claros los focos y generando sentido, ayudando a provocar acuerdos y sostener el feedback constructivo. Y en un ambiente positivo, que también cuide el sentido de equipo.
Carmen Scotto. (31 de Agosto de 2020). Diario La Segunda, Chile
