En el equipo de Personas estamos apoyando la integración de dos compañías que ahora son una, ha pasado un año y siguen estilos muy distintos que traía cada lado; preocupa que los equipos ven las inconsistencias y lo resienten.
Las culturas se arman a la base de propósitos; a las cosas que nos mueven en el día a día, no por las grandes declaraciones. Es más potente -y posible- alinear un proceso de integración desde los propósitos que nos reúnen.
¿Cómo identificar esos propósitos comunes? Son los que mueven a una organización de facto, lo que mueve genuinamente los esfuerzos día a día. Puede que sean nítidos para algunos, pero no obvios para todos, por lo que explicitarlos y trabajar sobre ellos facilita la integración.
Cuando una empresa define de manera simple, sencilla y honesta sus propósitos, provoca conexiones entre lo que mueve a la empresa y lo que mueve a las personas; y permiten espacios de desafíos para todos.
¿Qué cosas no son propósitos? Los valores o conductas deseadas. Los modelos o estándares ideales de lo que deberíamos ser como empresa. Objetivos o logros deseados.
Los líderes tienen un rol crítico: alinear primero en la mesa gerencial los focos a trabajar en conjunto, para poder llegar a los equipos con un mensaje alineado y modelando desde los propios comportamientos. Con esto ayudar a generar consistencia con el trabajo de cultura.
Preguntas orientadoras para conectar cultura con el día a día, propósitos conectados con el desafío de negocio:
- ¿Qué nos mueve como empresa, nuestros propósitos? Tomemos como ejemplo que un elemento es el espíritu emprendedor
- ¿Qué requiere de la manera de trabajar de gerentes y de los equipos? Más integración menos silos sobre nuevos productos, integrar procesos
- ¿Qué desafíos de liderazgo trae? Trabajar más integrados entre áreas, ser persistentes en trabajar en base a procesos y mejorarlos
- ¿Próximos pasos? Temas concretos que hoy son puntos de dolor e inconsistencia
Carmen Scotto. (08 de Marzo de 2021). Diario La Segunda, Chile
