Trabajo en una empresa que tiene operaciones en distintas regiones, veo que ya no basta solo con producir, cada vez más las comunidades y otros actores opinan de lo que hacemos, y se ha hecho importante mantenernos cerca.
La sustentabilidad pasa por ponernos de acuerdo. Es así en los contextos políticos y sociales y empresariales. Un giro acelerado en los últimos años es que el paradigma de relación empresa, colaboradores y sociedad, se ha visto remecido y con fronteras cada vez más permeables.
Un estudio reciente de Accenture (2020) destaca que para el 75% de las organizaciones es prioritario convertirse en sustentables, un 8% más alto que el año anterior; porque además de estar haciendo lo correcto, es un objetivo que redunda en mejores resultados de negocio. Así, señalan tres pilares para impulsar la sustentabilidad empresarial: conexiones humanas en la diversidad, inteligencia colectiva en la toma de decisiones integrando tecnología y data analitics y accountability (hacerse cargo y medir impactos). En conjunto con el Foro Económico Mundial, reportan que el avance en sustentabilidad Cias (global) es 52 puntos sobre 100. Lo que muestra un largo camino por andar. Que en todos los espacios exige una predisposición a dialogar.
Dialogar pasa por salir de mi verdad, por encima de la de otros. Por interesarme en serio por lo que el de enfrente tiene para decir. Por escucharlo, no para darle la razón o refutar sus argumentos, sino para entenderlo. Y aprender a construir sobre eso. A lograr pisos mínimos sobre los que poder avanzar.
Las empresas siembran sustentabilidad fomentando el diálogo, liderazgos que estimulen poner con naturalidad y de manera constructiva las diferencias. Que promuevan la escucha y entender al otro, antes que solo imponerse. Con ello estaremos desarrollando un músculo para salir de los extremos, extrapolable a otros contextos sociales. Y, ojalá, también a los políticos.
Carmen Scotto. (15 de noviembre de 2021). Diario La Segunda, Chile