En la oficina se armó una trifulca porque unas personas expresaron una opinión disonante con lo que el resto pensaba de un tema sensible. Ya que el asunto no era laboral, optaron por dejarlo hasta ahí. He observado esta tendencia a polarizarse en las redes y en la opinión pública. Como jefe ¿debería hacer algo?
Las diferencias nos separan, nos dividen, nos convierten en opuestos. La posibilidad de diálogo se anula cuando la diferencia se reduce a “estás conmigo o estás contra mí”, una actitud que cobra lealtades irracionales y trasluce en el fondo un totalitarismo peligroso.
La legítima expresión de mis emociones y pareceres, no las convierte en la verdad por encima de las también legítimas opiniones de los que piensan distinto. Sumado a ello, nos movemos en espacios sociales y organizacionales en los que ocupamos roles y convivimos con otros. Más allá de las emociones y pareceres individuales, también el legítimo ejercicio de esos roles implica de hecho diferencias y acota el alcance de lo que es posible o no en un contexto dado.
Pero más que una señal de buenas costumbres, dialogar es una necesidad de sobrevivencia. Las complejidades que enfrentamos en las organizaciones (y en la sociedad) no resisten la pretensión de reducir a una lógica maniquea los dilemas que nos dividen. Desde la diferencia se logra avanzar más rápidamente y con soluciones que resultan de aplicar la razón y el diálogo.
Es mucho lo que un jefe puede hacer. Legitimar las diferencias y construir sobre ellas es una señal de madurez organizacional. Que también nos entrena para lo social.
Un par de premisas para avanzar.
- No es necesario anular lo propio para escuchar al otro: lo dialógico parte por aceptar que el otro tiene algo que decir que puede ser tan legítimo como lo que yo tenga para decir.
- Escuchar para entender: olvidarse un rato de las posturas y entrar a conversar desde las inquietudes de fondo, los intereses o variables que ambos lados estén buscando cuidar. En esa escucha los temas van madurando, las visiones de las partes se van transformando y las soluciones van emergiendo naturalmente.
Fuente: Scotto, C.S. (16 de Septiembre de 2019). Diario La Segunda, Chile