Estoy recién graduado y discutíamos entre amigos de distintas profesiones sobre cómo prepararnos mejor para el futuro tan incierto. ¿Alguna orientación?
Lo anticipaba el Foro Económico Mundial en 2016 y se confirma en estos meses; al proyectar las habilidades que serían necesarias en el entonces lejano 2020, invitando a repensar las estrategias de desarrollo universitarias y de recursos humanos. Listaban diez: la mitad, habilidades internas (flexibilidad cognitiva, juicio y toma de decisiones, creatividad, pensamiento crítico y solución de problemas complejos) y la otra, habilidades de interconexión (inteligencia emocional, negociación, orientación de servicio, coordinación y capacidad de gerenciar personas). Pero lo más relevante en un mundo cambiante será usar dichas habilidades para “jugar buenos partidos” y lograr goles; es decir, las capacidades colectivas.
Competencias similares destacaban en un webinar reciente organizado por Cornerstone International Group sobre el futuro del Talento integrando los aprendizajes de pandemia; aunque las habilidades cognitivas pesan, son las más humanas las que probaron hacer la diferencia.
En palabras del historiador y filósofo Yuval Noah Harari, entrevistado por Tom Bilyeu en septiembre (Infobae.com) “La verdadera gran pregunta es psicológica: como humanos, ¿tenemos la estabilidad mental y la inteligencia emocional para reinventarnos repetidamente?”. Estas marcarán los que se adaptan a la variabilidad del Siglo XXI. Argumenta que la inteligencia artificial y la automatización irán en cadena in crescendo. Y describe como el trabajo irá cambiando radicalmente cada década y requerirá de esta capacidad de reinventarse.
En ese sentido este tiempo de una pandemia que nos tomó por sorpresa, ha sido una invitación a la resiliencia. Una pregunta para hacernos desde ya, amigo lector ¿qué aprendizajes rescatamos de estos meses y para los que siguen? ¿qué podemos reorientar sobre el desarrollo personal y profesional?
Carmen Scotto. (16 de Noviembre de 2020). Diario La Segunda, Chile