Esta segunda cuarentena ha sido más difícil para mí. Tengo un hijo recién nacido y parte de mi familia enfermó. Siento que hemos perdido vínculo con la gente y las relaciones de trabajo se han vuelto transaccionales. El momento más agradable del último tiempo fue una reunión en que mi jefe dio un reconocimiento público. Creo que estas cosas deberían ser más a menudo.
Una práctica enormemente valiosa y necesaria en el momento actual es tener reuniones grupales de feedback apreciativo que se orienten a generar conexión y aprendizaje mutuo en el equipo. En las que tener diálogos apreciativos, que se basan en construir aprendizajes a partir de las fortalezas existentes en el equipo, más que buscar lo que falta o lo que está mal.
El principal desafío en reconocimiento grupal apreciativo no es lo técnico, sino la co-creación del grupo de un espacio de confianza y valoración honesta. El desafío más importante no es la técnica sino la honestidad. El actuar desde un lugar realmente sincero. Si no tiene nada que reconocer, es válido, y en ese caso es mejor no hablar.
Esta práctica se puede mejorar además incorporando tecnología que permita reunir la bueno de la semana o del período a través de mecanismos como forms u otros.
Una idea de cómo estructurarlo: acordar una reunión semanal, de 30 min. Reglas básicas: Enfoque constructivo, desde lo apreciativo, en lógica ágil revisando los eventos recientes, voluntario, no se abordan temas personales (que son motivo de una conversación uno a uno).
La pauta tiene dos partes: una hacia un miembro del equipo (¿qué valoro? ¿qué me ayudaría que hicieras diferente?) y otra de autoevaluación (¿cuán colaborativo y ágil fui?).
Las personas cuando nos sentimos valoradas y nos damos cuenta de que la conversación está siendo real y legítima nos sentimos movilizados y esto provoca fortalecimiento de los lazos y aprendizaje mutuos que pueden ir mejorando continuamente.
Carmen Scotto. (19 de Abril de 2021). Diario La Segunda, Chile