Soy líder de un equipo, y aunque cada uno trabaja muy bien por su lado, por ratos me siento sobrecargado porque todo lo consultan conmigo y poco trabajan entre ellos, me gustaría que ganaran más autonomía
En los tiempos complejos en los que reinventarse y dar soluciones rápidas hace la diferencia, y donde se requieren más autonomía en los equipos, la función del liderazgo está pasando de la tradicional supervisión hacia generar sinergias dentro del equipo y entre áreas, es decir, interconectarse más.
Una capacidad básica para lograrlo es crear condiciones para que la gente pueda conectarse. Aquí algunas claves
- Partir siempre por el propósito: cuál el sentido del proyecto o proceso, “la catedral” que estamos construyendo. Y hacer visible como eso se conecta con lo que hago, cómo aporto a lograr ese propósito mayor. A las personas nos mueven los significados, lo que redunda en ganas y compromiso
- Conocer al equipo: y provocar un entendimiento mutuo, de los estilos de trabajo y formas de comunicación personal. Para poder identificar como complementarse mejor
- Provocar un ambiente de confianza y participación: en que a gente se atreva a opinar y plantear ideas en borrador, con una lógica apreciativa que estimula los aportes, la co-construcción desde versiones parciales, sacar aprendizajes de los errores
- Potenciar la interacción: esto es, generar un ambiente para que las personas interactúen entre ellos y no solo con el jefe. Crear condiciones para que las personas muestren sus dudas, pedir ayuda, levantar los puntos y que se apoyen entre ellos.
Cuando todas las consultas pasan por el jefe, el efecto es alta dependencia para la toma de decisiones. Por el contrario, si se estimula que las personas trabajen los temas entre si, el efecto es mayor colaboración y negociación interna y mayor capacidad de los equipos que se cobran los compromisos entre sí.
Carmen Scotto. (16 de agosto de 2021). Diario La Segunda, Chile