En el último tiempo me ha sorprendido ver a miembros de mi equipo en una actitud intolerante internamente. La gente fácilmente descalifica sin preguntar o tratar de entender ¿Qué puedo hacer como líder para esto?
El lenguaje siempre sido la manera en que mejor podemos expresar -y elaborar- las cosas que nos pasan. Si en la convivencia no pudiéramos poner en palabras lo que vamos viviendo, probablemente seríamos más violentos, como dice la politóloga Nadia Urbinati.
En los últimos años el uso de las redes sociales ha reemplazado las palabras por emoji o imágenes, que si bien es otra forma de comunicación que puede también tener su riqueza, contiene al mismo tiempo la dificultad de ir poniendo las palabras adecuadas para expresar las cosas que se sienten
En un mundo que tiende a acelerarse y en el que nos hemos acostumbrado a las soluciones inmediatas y a las comunicaciones ultrarrápidas, más que nunca se vuelve relevante conectar a las personas. Para esto un líder necesita conocer a su equipo y provocar los contextos para que se puedan generar conversaciones de entendimiento. ¿En qué consiste esto?
Diseñar explícitamente un rato de pausa, en que poder conversar y escucharse, sin apuro, sin interrupciones. Dar el espacio para la escucha y generar un ambiente de apertura, provocando la disposición de escucharse con el único fin de entender, no aún para resolver. Que permita tomar perspectiva juntos. También conectar a las personas entre ellas, identificar los puntos de coincidencia, de tal forma que las inquietudes que alguno plantee puedan eventualmente contar con el apoyo de otro. También, en la medida que levanta opiniones de los demás, ayudar a que las personas generen entre ellos redes de apoyo y de entendimiento. Es posible instalar el hábito de entenderse y co-construir si el líder se predispone y diseña los espacios para ello.
Carmen Scotto. (8 de agosto de 2021). Diario La Segunda, Chile