La implementación del sistema que lidero se ha vuelto más larga y compleja. La gente está cansada y en muchos casos desmotivada. Probablemente nos ha faltado una mejor conducción, pero hoy día tenemos que lograr mover a personas que están enojadas ¿Qué puedo hacer?
Las personas actuamos distinto dependiendo de los estados de ánimo con los cuales enfrentemos los cambios. ¿Qué son los estados de ánimo? Son predisposiciones más o menos estables que dependen básicamente de dos factores:
1- la idea que se hagan sobre cuánto pueden influir en las cosas que están viviendo; mientras mayor sensación de que pueden influir y que dependen de ellos, sus estados de ánimo se vuelven más positivos y activos.
2- el grado de aceptación que tienen frente a lo que están viviendo, que puede ser de rechazo, lo que tiende a ocurrir cuando algo no les hace sentido o les molesta, o de aceptación lo que ocurre cuando lo que viven les resulta significativo y valioso.
¿De qué depende un liderazgo efectivo para gestionar el cambio? Primero que nada, de identificar dónde están las personas de mi equipo frente a la situación, y abrir una conversación donde poder evaluar en conjunto estas variables. Ayuda preguntarse, qué cosas dependen de nosotros – poniendo el foco en las cosas que podamos hacer o controlar; en la misma línea, retomar claves de éxito que hayan resultado en situaciones previas que podamos poner en práctica ahora. Es muy importante provocar un ambiente de confianza en que se pueda escuchar francamente, para lograr que esto les haga sentido; escuchar a todos para entender cómo están mirando el cambio y por qué se muestran resistentes, que les preocupa y establecer si son temas infundados, en ese caso clarificar la información que ayude a reducir la incertidumbre y tomar acuerdos sobre lo que ayudaría al equipo ahora. En la medida que logremos hacer esto lograremos movilizar el grupo hacia una actitud distinta y estaremos ejerciendo un mejor liderazgo.
Carmen Scotto. (11 de abril de 2022). Diario La Segunda, Chile
